martes, 14 de junio de 2011

EN CORTO

EN CORTO: Marcos y Estela, a favor de la depredación

Por Carlos González Muñoz


  1. Las endulzadas promesas de campaña tanto de Marcos Covarrubias como de Estela Ponce cada día transcurrido se escuchan más lejos y ahora su lugar lo ocupan conductas abiertamente antipopulares y favorecedoras del gran capital. El pasado fin de semana, mientras que representantes de la Sociedad de Historia Natural Niparajá y funcionarios federales de la Comisión Nacional Forestal, la Comisión Nacional de Áreas Protegidas y de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, integrantes del Comité Técnico para Cambio de Uso de Suelo y Programas de Manejo Forestal del estado, presentaron argumentos para declarar la inviabilidad legal y técnica del proyecto de cambio de uso del suelo en el proyecto inmobiliario Entre Mares, ubicado en la ensenada de La Paz, en el Mogote, los representantes del gobierno del estado y del ayuntamiento de La Paz, por su parte, “manifestaron en la reunión su posición favorable a que se lleve a cabo BAJO CUALQUIER CIRCUNSTANCIA”. El proyecto que incluye la construcción de 7 mil cuartos, una marina y un campo de golf de 18 hoyos, denuncian quienes lo rechazan, “forma parte de una larga lista de proyectos meramente especulativos ya que desde 2008 cuenta con una autorización en materia ambiental que no ejercen”, argumentando a favor de su rechazo la aplicación de tratados internacionales que protegen a los manglares y humedales, como es el caso del predio en donde se desarrolla el proyecto Entre Mares, vecino de Paraíso del Mar, otro proyecto igualmente anulado por depredador. ¿cómo explicarán ambos a sus electores este cambio “repentino” en sus respectivos discursos?, ¿creación de empleos a toda costa? Los jóvenes y los ambientalistas locales, la población que confió en ellos, no se merecen esta traición. ¿Traición? Si, porque sólo los “amigos” la cometen.
  2. Ha trascendido el uso político que aplica el gobierno estatal a las comunicaciones telefónicas entre particulares, a través de sus áreas de inteligencia, léase vulgares aparatos de espionaje. Intimidaciones, amenazas veladas e intercepción de llamadas telefónicas, son las denuncias que hace el columnista Víctor Octavio García en El Peninsular, y que afectarían a Miguel Rubio, prestigiado reportero de el periódico El Sudcaliforniano, persecución que de confirmarse representaría una grave y grosera amenaza a la libertad de expresión que contrasta con los festejos recientes con los que tan lindamente acaba de “homenajear” el gobierno del estado a los periodistas, sector de la población que, en teoría, es de los que más uso cotidiano hacen de esta libertad que, ahora se sabe, se encuentra en entredicho en BCS. Buenos modales con la prensa, si, pero a qué precio.
  3. No quisiéramos que el charco de sangre que se extiende en buena parte del territorio nacional llegara a Baja California Sur…pero llegó. Los oficiales Adalberto Leyva Manríquez y José Ramón Manríquez, policías al servicio de la comuna paceña, fueron acribillados por sicarios –dice la nota periodística- “con varios impactos de grueso calibre a la entrada de la delegación de San Antonio”. Murieron con sus armas desenfundadas. Los cuerpos sin vida fueron encontrados alrededor de las 13 horas de ayer domingo, pero fue hasta dos horas después -¡vaya eficacia!- que autoridades de seguridad pública, policía ministerial y estatal preventiva, acudieron al lugar para iniciar las investigaciones “estableciendo de inmediato un operativo conjunto para ubicar a los presuntos responsables”…que huyeron. Vaya nuestra solidaridad con los deudos de las víctimas y con la corporación policiaca de la que formaban parte los dos oficiales asesinados. Calderón: ¡No más sangre!, ¡detén esta guerra que no es nuestra, es de los gringos!

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